lunes, 3 de junio de 2013




El consumo excesivo de sal es un importante factor de riesgo de sufrir hipertensión arterial, lo que a su vez aumenta la posibilidad de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular. De hecho, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) señala que reducir la ingesta de sal a la mitad "podría evitar miles de muertes cada año por isquemia cerebral e infartos". Sin embargo, aunque las advertencias y las recomendaciones son claras, no siempre parece sencillo conseguir ese objetivo. Lo interesante es que el gusto por la sal es adquirido, de modo que se puede modificar y educar hasta lograr que disminuya. A medida que se ingiere menos sal, la preferencia por lo salado también se reduce. Para ello, pueden servir los siguientes consejos:


Disminuir el consumo de sal: consejos prácticos


    1. Comer más alimentos frescos, que contienen menos sodio.
    2. Reducir el uso de la sal al cocinar y dejar que cada comensal agregue la cantidad que desee en los platos individuales, como las ensaladas.
    3. Sazonar con especias y hierbas aromáticas ayuda a reducir de forma paulatina la adición de sal a los platos.
    4. Cocinar los alimentos al vapor: al no haber un medio con el que el alimento entra en contacto, no hay cesión de sustancias y se conserva mejor el contenido natural del sodio del alimento.
    5. La sal oculta de los alimentos elaborados es la más difícil de rehuir. Conviene reducir la ingesta de productos procesados, y en su caso, escoger los elaborados con menos sal o sodio (ver y comprobar la información de la etiqueta nutricional).
    6. La sal marina, por su sabor más fuerte, permite emplear menos cantidad para dar sabor a las comidas.
    7. Sustituir la sal por una de bajo contenido en sodio: aporta la mitad de sodio que la sal común.
Para asegurar unos hábitos alimentarios correctos, las etiquetas expresan a menudo el contenido de sal en gramos (g). El sodio, aunque se utiliza como sinónimo, no es sal. Por este motivo, para conocer la cantidad exacta de sal, hay que multiplicar por 2,5 los gramos señalados en sodio. Así, si la etiqueta de una lata de atún en escabeche informa de que sus 100 gramos contienen 0,59 g de sodio, esto significa que contiene 1,47 gramos de sal.

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